Es un coco,
Tiene cáscara oscura y el exterior es áspero,
Mas, cuando la corteza se ha roto,
la carne, casta y firme, parece raso.
Cruzó el mar para mi. Un jadeante navío
me lo trajo del brujo Brasil deslumbrador
Cuando hundo los dientes en su pulpa compacta,
me parece que bebo agua del Amazonas
y muerdo el sol.
Todo el trópico de oro, de escarlata, de añil,
le dio zumos vitales de materno palmar.
Él ha visto la luna más grande de la tierra
y conoce la luz total.
Conoce la tremendas brasas del mediodía,
los crepúsculos lentos, las vivas madrugadas,
y el olor de las selvas que cabalga en el viento
para encender los sueños y las ansias.
Este día lluvioso, por él, para mi tiene
un intimo resplandor solar.
Mordiendo su carne blanca y prieta
estoy en Pernambuco, en Río o en Pará.
Y esta juventud mía, quieta y reconcentrada,
por él se va, loca, a viajar.
El ensueño la lleva de la mano
más allá del "río como mar"
Duarte Lorena.-
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