Cansado del combate
En que luchando vivo,
Alguna vez me acuerdo con envidia
De aquel rincón obscuro y escondido.
De aquella muda y pálida
Mujer me acuerdo y digo:
¡Oh, qué amor tan callado el de la muerte!
¡Qué sueño el del sepulcro, tan tranquilo!
Taie Dionel.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario