PROMO 12

PROMO 12
No hay nada imposible, porque los sueños de ayer son las esperanzas de hoy y pueden convertirse en realidad mañana.

lunes, 19 de septiembre de 2011

LOS HOMBRES HUECOS DE T. S. ELLIOT.-



I
Somos los hombres huecos
Somos los hombres rellenos
Apoyándonos unos contra otros
Con las cabezas llenas de paja. ¡Desgraciadamente!
Nuestras ásperas voces, cuando
Susurramos juntos,
Son apagadas y sin sentido
Como el viento sobre la hierba seca
O las pisadas de ratas sobre vidrios rotos
En nuestros sótanos secos.

Contornos sin forma, sombras sin color,
Fuerza paralizada, ademán inmóvil;

Aquellos que han cruzado
Con los ojos fijos, al otro reino de la muerte,
Nos recuerdan -si acaso- no como extraviadas
Almas violentas, sino sólo
Como los hombres huecos,
Los hombres rellenos.
II
Ojos que no me atrevo a mirar en sueños
En el reino de los sueños de la muerte,
Estos no aparecen:
Allí, los ojos son
Luz de sol sobre una columna rota.
Allí, hay un árbol que se agita
Y hay voces
Cantando en el viento,
Más distantes y más solemnes
Que una estrella fugaz.

No me dejen adentrarme más
En el reino del sueño de la muerte
Déjenme también que use
Disfraces convenientes
Piel de rata, plumaje de cuervo, maderos en cruz
Esparcidos por el campo
Comportarme como lo hace el viento
No más allá

Ni siquiera en ese último encuentro
En el reino de las penumbras.

III
Esta es la tierra muerta
Esta es la tierra de los cactus
Aquí las imágenes de piedra
Se erigen, aquí reciben
La súplica de la mano de un muerto
Bajo el parpadeo de una estrella agonizante.

¿Es de este modo
En el otro reino de la muerte
Despertándonos solos
A la hora en que
Temblamos de ternura?
Labios que quisieran besar
Formulan plegarias a la imágen rota.

IV 
Los ojos no están aquí
No hay ojos aquí
En este valle de estrellas moribundas
En este valle hueco
Esta mandíbula rota de nuestros reinos perdidos

En éste el último de los lugares de encuentro
Nos congregamos
Evitando hablar
Reunidos en esta playa del caudaloso río

Ciegos, a menos
Que los ojos reaparezcan
Como la perpetua estrella
La rosa de múltiples pétalos
Del reino sombrío de la muerte
La única esperanza
De los hombres vacíos.

V
Damos vueltas alrededor de la tuna
La tuna, la tuna,
Damos vueltas alrededor de la tuna
A las cinco en punto de la mañana.

Entre la idea
Y la realidad
Entre el ademán
Y el acto
Cae la sombra
Para nosotros es el Reino

Entre la concepción
Y la creación
Entre la emoción
Y la respuesta
Cae la sombra
La vida es muy larga

Entre el deseo
Y el espasmo
Entre la potencia
Y la existencia
Entre la esencia
Y el declive
Cae la Sombra
Para nosotros es el Reino

Para nosotros es
La vida es
Para nosotros es

Así es como acaba el mundo
así es como acaba el mundo
así es como acaba el mundo
No con una explosión sino con un gemido.

Rafaela Vidal.-

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